Los niveles de desarrollo de un país han sido analizado de muchas maneras, a lo largo de los años, y obviamente más desde la perspectiva económica. El que más recuerdo, es aquel que comparaba dos corrientes divergentes. En la primera, se afirmaba que los factores naturales (clima, tierra, flora, fauna) determinaban el desarrollo de una nación. En contraparte al pensamiento determinista, surge el condicionalista, es decir que estos factores simplemente condicionaban el desarrollo. Me imagino que este es el punto donde nacen las ideas de ventajas competitivas, que si bien nacieron como contraparte a las ventajas comparativas en un ámbito netamente de costos, ilustra bien cómo la aplicación de tecnología e ingenio (valor agregado) a los recursos de una nación, pueden incrementar significativamente su desarrollo. Ahora bien, ese valor agregado se ha extrapolado no solamente a dichos factores, sino también a toda característica adicional, servicio suplementario, plus o como quieran llamarlo, prácticamente en cualquier ámbito, con el objetivo de sobresalir y ser mejores. En ese sentido, creo que nosotros podemos también aplicarlo en nuestro ámbito profesional. Es decir, que las ventajas que vamos obteniendo, si las analizamos comparativamente son muy relativas, pues obviamente van a depender de "con quien" nos estamos comparando. El punto al que quiero llegar es que cuando retornemos a nuestros países, probablemente tengamos una ventaja respecto a nuestros compatriotas, sin embargo hay muchas personas que probablemente estén en situaciones iguales o mejores que nosotros, comparativamente hablando. Es por ello, que debemos sacarle provecho a las ventajas competitivas que tenemos delante nuestro y que aún no las estamos aprovechando. Somos gente de distintas naciones, diferentes costumbres, pero con objetivos comunes, con los mismos valores. La situación en la que nos encontramos actualmente, la han vivido muy pocas personas, y probablemente muchas de ellas han dejado que el tiempo haga que esa amistad se vaya separando con la distancia. ¿Sabremos aprovechar la gran oportunidad que tenemos delante de nuestros ojos?
